Los Agentes Fluorescentes Blanqueantes en la reproducción del color.
Viernes, 06 de Septiembre de 2013 23:17
Quizás a ningún lector le resulte extraño ver como ciertos materiales, tales como papeles o tejidos presentan una fluorescencia característica cuando se observan bajo la conocida “luz negra” o lámparas Ultravioleta.
Sin embargo, este fenómeno tan habitual y divertido, posee cierta trascendencia en las labores de digitalización, lectura con espectrofotómetros e incluso musealización de ciertos materiales.
Los agentes fluorescentes blanqueantes, comúnmente conocidos como Fluorescent Whitening Agent (FWA), también conocidos como Optical brightening agents (OBAs), son substancias químicas usadas como aditivos principalmente en tejidos y papeles como agentes blanqueantes de bajo coste. Y aunque dichos agentes estan presentes en la naturaleza, no estan presentes de forma natural en compuestos basados en la celulosa o algodón.
Los FWA reaccionan a la luz ultravioleta del espectro visible, desprendiendo una fluorescencia azulada, conocida técnicamente como “bluing”, que compensa el amarilleamiento, ofreciendo una sensación de blanco. Desde un punto de vista más técnico, los FWA producen un incremento de la energía en el espectro visible en la región de los 450-480nm (concretamente 457nm), siempre y cuando exista una componente ultravioleta en el iluminante.
Esta situación, nos lleva a un problema de cierta magnitud, desde el punto de vista, que algunos espectrofotómetros del mercado están filtrados para el UV, por lo que no pueden registrar dicha fluorescencia. Esto implica, que mientras un ser humano percibe una región como blanca, por efecto de la neutralización del amarillo por el azulado del FWA un espectrofotómetro la percibe como amarilla. De una forma similar, los equipos fotográficos, que pueden incluir filtros UV más o menos severos, pueden experimentar un fenómeno similar.
Otro problema que se desprende del uso de los FWA, relacionado con las tareas de musealización de ciertas obras sobre papel de no muy buena calidad, es el uso de vidrios protectores filtrados UV, lo cual tras introducir la obra tras uno de estos vidrios, o someterlo a una iluminación filtrada en UV, los papeles pasan a verse mucho más amarillos aún usando una luz blanca.
Las cartas de color de buena calidad, están montadas sobre soportes que no poseen FWAs en su composición, por la contra otras cartas de impresión más casera sobre papeles de baja calidad, son ricos en FWAs, por lo que pueden presentar ciertas desviaciones en sus lecturas espectrofotométricas o en los procesos de digitalización.
Una buena forma de evaluar la calidad de un papel, en términos de su blancura, y por tanto estabilidad de la misma, es visualizarlo bajo una pequeña lámpara UV o de “luz negra”. Los FWAs no son especialmente estables, por lo que cuando ciertos papeles o tejidos de baja calidad amarillean, no lo hacen, en primer término por el amarilleamiento de las fibras, sino por la degradación de los FWAs.
El problema de los FWAs cobra una cierta magnitud cuando realizamos perfiles de color del tipo Ouput para caracterizar impresoras, ya que nuestros instrumentos de medición “verán” los colores de prueba como más amarillos de lo que realmente son, por lo que el perfil resultante introducirá, bajo nuestra visión, una dominante azulada.
Herramientas como ArgyllCMS, permiten caracterizar los FWAs, pero necesitamos un espectrofotómetro que no este filtrado. De forma similar el nuevo i1 Pro 2 de X-Rite posee la posibilidad de trabajar con o sin filtro UV.
En una misma línea, muchas luminarias y campanas de luz normalizada no incluyen radiación UV, por lo que la observación de ciertos documentos se ve condicionada.
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