¿Por qué no es constante el color?
Domingo, 19 de Diciembre de 2010 11:06
Esencialmente experimentamos una variación en la percepción del color por dos causas:
1.A.- Tecnología de los dispositivos de captación y visualización
Al igual que no todos los seres humanos percibimos el color con los mismos matices ni constancia, cada dispositivo o soporte posee unas características propias fruto de su naturaleza, diseño, tecnología, etc. Cada dispositivo tiene, por tanto, su propio espacio de color o gamut; o, lo que es lo mismo, un espacio dentro del mapa de color que nos indica en qué colores o matices será capaz de reproducir ese dispositivo. La diferencia entre el tamaño y ubicación de los distintos gamuts nos indica la riqueza en matices de un determinado espacio de color.
Por ejemplo, si tenemos un dispositivo de captura que es capaz de registrar matices de color dentro de un determinado espacio relativamente amplio, si asignamos a esta imagen un perfil con un gamut más reducido, estamos dejando de percibir una cierta cantidad de matices, que aunque están contenidos en los valores RGB de la imagen, el perfil no nos los deja ver.
Tendremos por tanto, un perfil de color para cada dispositivo de nuestra cadena de producción: uno para nuestro dispositivo de captura, otro para nuestro monitor y otro para nuestra impresora.
1.B.- La luz y su fuentes
Es el elemento esencial para la existencia del color y según su fuente u origen, la luz tiene unas características particulares.
Las alteraciones que las fuentes de luz producen en la imagen son dos:
- Las dominantes, son los fenómenos asociados a la temperatura de color, sobradamente conocidos por todos y fácilmente neutralizables con los procesos de balance de blancos y la ayuda de las cartas de grises.
- El CRI o Color Render Index, o lo que es lo mismo, el índice de reproducción cromática. Un fenómeno por el cual no todos los colores se ven de la misma manera bajo distintas fuentes de luz, siendo éste el factor lumínico que motiva los procesos de perfilado.
Por tanto, en las deficiencias en la percepción del color a través de dispositivos entran en juego dos factores: la naturaleza del dispositivo y la fuente de luz bajo la que ese dispositivo esté trabajando.
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