Kodak y Megaupload

Con un poco más de un día de diferencia, Kodak presentaba su petición voluntaria de quiebra y Megaupload era desconectada de la Red, fruto de los supuestos turbios negocios de su director Kim Schmitz.

El fin de dichas compañías es ofrecer soportes y medios para registrar y almacenar información, principalmente audiovisual: Kodak desde sus conocidas películas fotoquímicas, presente en una importante parte de la producción audiovisual y fotográfica de las ultimas décadas  y Megaupload como soporte o medio de intercambio de información digital, gran parte de ella audiovisual.

La extinción del material fotosensible, en favor de los soportes digitales, es una realidad cada vez más inminente e imparable. Sin embargo este relevo generacional, nos esta arrojando a un precipicio de incógnitas,  relativas a la preservación,  conservación y acceso a la información digital.

Mientras que la película fotoquímica, basta una mera fuente de luz, para poder acceder a su contenido, y su estabilidad y almacenamiento esta sobradamente estudiada, en el mundo digital la pervivencia y el acceso a la información se presenta como un problema sobre el que muy pocos fabricantes y desarrolladores se atreven a pronunciarse y que la mayoría de usuarios ni siquiera podemos llegar a intuir.

Por si ya fuese poco vivir con la incógnita de si podremos acceder a nuestras fotografías y vídeos digitales, almacenados en nuestros CD, DVDs y Discos Duros,  en un plazo de 5 o 6 años, problema impensable cuando hablamos de materiales fotosensibles. Las últimas tendencias en dejar toda nuestra información en la Red, o cómo se suele decir coloquialmente  “en la nube”, cediendo no sólo nuestros datos sino que también la responsabilidad de su custodia a empresas o individuos de los que sabemos más bien poco.

Estos hábitos, cada vez mas frecuentes, nos dejan en situaciones cómo las vividas en los últimos días, donde no sólo miles de contenidos supuestamente fruto del negocio de la piratería, sino que también contenidos legítimos, han dejado de ser, no sólo accesibles por sus propietarios, sino que por el momento se desconoce cual será el futuro de su gestión.